Una fiesta donde se unen las
tradiciones Incas y la religión colonial
Las fiestas del Corpus Christi es una de las
celebraciones más originales e impresionantes de la ciudad del Cusco. En la
ciudad imperial desde los tiempos prehispánicos, las comunidades
desarrollaban fiestas relacionadas con sus actividades principales,
en presencia de momias de sus antepasados. Dichas momias incas eran llevadas una vez al año,
en una fervorosa procesión que recorría desde los antiguos barrios hacia la
plaza central, todas llevadas en andas especiales con muchas joyas, costumbre que cambio con la llegada de los españoles..
La tradición fue cambiada en el año 1547, cuando se
reemplazan los restos de los Incas venerados, por 15 imágenes de santos y
vírgenes. Originándose de esta forma las actuales celebraciones del Corpus
Christi en la antigua capital del Tawantinsuyo, con la tradición de procesiones
con imágenes, que vienen desde parroquias
Cusqueñas hacia la Plaza Principal, con todos los matices ancestrales de
nuestras tierras.
La Festividad del Corpus Christi
ocupa un lugar especial en el calendario festivo en el Cusco. Es una fiesta
movible que se programa 9 semanas después de la Semana Santa, es una fecha
festiva de gran significado.
En los tiempos incas existieron
celebraciones que se realizaban mensualmente. El Incario era una sociedad
agrícola y armoniosa, con fiestas relacionadas con sus actividades y sus dioses
ancestrales, siendo la fiesta más grande del Imperio la Fiesta del Sol,
realizada en el Solsticio de Invierno en el Hemisferio Sur, fecha marcada en el
calendario como 21 de Junio.
En los actuales tiempos antes
de celebrar el Inti Raymi o Fiesta del Sol, en el Cusco recuerdan al Corpus
Christi, que significa cuerpo de Cristo. Con estas palabras se designa la
festividad de la Institución de la Eucaristía, que celebra la iglesia católica
el jueves, sexagésimo día después del Domingo de la Pascua de Resurrección.
Se recuerda que a la llegada de
los españoles al Cusco, estos se sorprendieron al constatar que los hijos del
Sol sacaban en procesión a las momias de los Incas, calificando a esta
celebración como pagana decidieron terminar con estas costumbres. Para los misioneros la solución fue reemplazar
los venerados restos incaicos por imágenes de la virgen y los santos católicos,
naciendo así el Corpus Christi en la
antigua capital del Tawantinsuyo, celebración que se impregnó de matices
andinos.
Hoy, la festividad es
importante en la población común y corriente que habita en la jurisdicción de
las diferentes parroquias del Cusco; los preparativos se inician con semanas y
aun meses de anticipación para lo que existe una organización tradicional
comandada por el carguyoq, que es la persona que acepta el cargo, la
responsabilidad y obligación para costear la mayor parte de los gastos de la festividad.
Estos gastos incluyen las
vestimentas y adornos de la Virgen y los Santos, los contratos de conjuntos y
bandas musicales para acompañar la procesión, comida para invitados, bebidas y
recordatorios.
En muchos casos los gastos son
compartidos con otras personas que fueron comprometidas para ello mediante la
hurk'a, es decir, el sistema mediante el cual se visita a una persona con panes
de trigo enormes como regalos para que al aceptarlos adquieran el compromiso a
donar o pagar algo para la fiesta.
El día miércoles un día
anterior al Corpus Christi se realiza la entrada de las imágenes que salen en
procesión de sus parroquias acompañadas del cura, los vecinos, los mayordomos
que portan en el pecho las demandas, que son distintivos o estandartes a veces
de plata con la imagen de la Virgen o Santo, para dirigirse a la Catedral donde
la imagen será depositada hasta el día siguiente en que se realiza la procesión
principal.
En esta entrada de santos es
celebre y espectacular la carrera que emprenden San Sebastián y San Jerónimo
para tratar de llegar primero a la Catedral de la ciudad.
En la madrugada parte la imagen
de San Jerónimo desde el distrito del mismo nombre distante a unos 10
kilómetros, mientras en el distrito de
San Sebastián a unos 5 kilómetros, la
imagen del pueblo ya está en la pista, y así a la llegada de la otra imagen se
inicia una loca carrera por la Av. de la Cultura hacia la Plaza de Armas.
Durante los días de fiesta, en
las cercanías de la Plaza de Armas muchos comerciantes se ubican con sus puntos
de venta comida típica, entre otros el tradicional Chiri Uchu o Ají Frio, que
consiste en pequeños trozos de cuy asado, pollo, charqui, embutidos, cau-cau,
queso, torrejas de harina de maíz, maíz tostado, qocha-yuyo y rocoto.
El día principal del Corpus
Christi se percibe mucha actividad desde las primeras horas de la mañana. En la
Catedral se celebran muchas misas para los diversos Santos y Vírgenes, luego de
ellas se inicia la procesión.
Preside la procesión la Carroza
de Plata conocida también como Templete o Baldaquino en cuya porción central
sostiene al sol de oro de la Custodia que a su vez representa el Santísimo.
Después de la procesión del
Santísimo, aproximadamente al medio día, se inicia con la procesión de Santos y
Vírgenes en la Plaza de Armas donde se han congregado quizás unas 50 o 60 mil
personas. La tradición tiene un orden establecido para la procesión desde el
tiempo de la colonia, iniciando el recorrido la imagen de San Antonio de la
parroquia San Cristóbal, seguido de todos los santos. Finalmente las imágenes
de cinco vírgenes ingresan a la procesión.
Luego de la procesión de
imágenes, estas son guardadas dentro de la Catedral donde permanecen hasta la
octava, es decir hasta ocho días después del Corpus Christi. El día de la
octava se inicia con otra procesión del Santísimo seguido por los diversos
Santos y Vírgenes que retornaran a sus parroquias de origen una vez concluida
la procesión.
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