domingo, 23 de abril de 2017

Yayno muestra su historia Inca en Piscobamba

Olvidada maravilla histórica en las cumbres nevadas de Pomabamba
En el Perú existen miles de yacimientos arqueológicos, muchos de ellos son motivo de estudio, pero en su mayoría se encuentran en el olvido. Solo se piensa en aquellos declarados como maravillas, sin mostrar interés en los que por su estructura, son muestras irrefutables de nuestras culturas.  Uno de restos arqueológicos olvidados es la fortaleza de Yayno, entre las cumbres de Piscobamba y Pomabamba en el distrito de Huayllan.
El Sitio Arqueológico de Yayno es una fortaleza edificada entre el siglo seis y nueve de nuestra era, descubierta por Raimondi en el año 1870, mientras que sus descripciones y fotos se publican recién en 1915. La zona principal de Yayno es el  sector monumental con la extensión de 25 hectáreas. Se comprende en esta zona arqueológica una serie de construcciones; como corrales, terrazas y hasta estructuras funerarias, así como también sistemas hidráulicos.
Las construcciones  de la fortaleza comprenden más de 30 de  forma circular y 16 de ellas  con una base rectangular. La mayoría  de dichas construcciones con característica de cámaras habitacionales múltiples alrededor de  la muralla exterior. En estas últimas se han encontrado huellas de  actividades domésticas, batanes, fogones, cerámica y hasta huesos de animales. Del mismo modo se han encontrado en este complejo restos cerámicos, algunos muestran cierta relación con la cultura Recuay, observándose el uso de los colores: rojizos, púrpuras, blanco y negros de pintura negativa. Los  diseños de la cerámica encontrada destacan formas geométricas,  imágenes zoomorfas que advierten el culto de la comunidad que ocupaba la fortaleza.
La Fortaleza de Yayno tiene tres plataformas que se relacionan con escaleras, cada una de ellas con su portada de ingreso. Estas construcciones son muy similares a los restos arqueológicos de Chavín de Huantar, por la característica de su construcción y la ubicación en terrenos más elevados, con el fin de contar con una  vista panorámica de los valles y quebradas de la cordillera.
Esta riqueza arqueológica pertenece a la época pre inca, su primera portada está construida con enormes piedras de tres metros de altura y facilita el ingreso a la primera plataforma, levantada sobre una muralla de piedra que encierra todo el complejo.
La semejanza con técnicas usadas en Chavin de Huantar, se notan en la segunda plataforma. La misma que presenta un edificio construido con una base de rocas talladas, rellenas con lajas de piedra y argamasa amarilla, con murallas de 15 metros de alto y 50 metros de largo. Junto se encuentra otro ambiente circular de 25 metros de diámetro y muros de 12 metros de alto, al parecer utilizado para almacenamiento de productos.
Yayno presenta el ambiente más alto de la fortaleza, desde donde se observa el lado oriental de la cordillera blanca, una notable vista de los nevados, Huancaran, Hualcan, Huandoy y Jancapampa.  En esta tercera plataforma se notan los restos de un torreón destruido y se supone un diámetro de 30 metros
Llama la atención a quienes visitamos estas zonas arqueológicas de nuestras cordilleras, sobre todo por su semejanza con los edificios de la cultura Chavin, la construcción de sus murallas y su ubicación estratégica. Sin duda alguna una construcción de función militar de la fortaleza de Yayno, nombre de uno de los personajes de la antigua leyenda del mitológico Kon.
Esta legendario historia explica el origen de los grupos humanos que se afincaron en el conocido callejón de Los Conchucos. La leyenda narra que Kon tenía 4 hermanos que vivían en el templo del gran Pajaten; Yayno, Huantar, Pishco y Curungay. Kon se quedo en el gran Pajanten y ordeno a sus hermanos dejar las tierras del Marañon, rodear las montañas y conquistar el callejón de Conchucos.
Como guerrero Yayno dirigió las conquistas y construyo su gran fortaleza en los sectores de Pomabamba. Huantar como sacerdote construyo el oráculo o templo de Chavin. Pishco como administrador diseño un gran pueblo en Piscobamba y Curungay se dedico a poblar los sectores de Cabana y Corongo.
Esta y muchas otras maravillosas construcciones de milenaria historia, se mantienen en el olvido de las autoridades regionales y nacionales. Es importante ponerlas en valor, no solo para orgullo de nuestros pueblos cercanos a estas obras arqueológicas. Prestarles atención para transformar a gran parte del Perú en una verdadera maravilla cultural del mundo.

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