Una
legendaria maravilla histórica en las cumbres de Pomabamba
En el Perú
existen miles de yacimientos arqueológicos, muchos de ellos son motivo de
estudio, pero en su mayoría se encuentran en el olvido. Solo se piensa en
aquellos declarados como maravillas, sin mostrar interés en los que por su
estructura, son muestras irrefutables de nuestras culturas. Uno de restos arqueológicos olvidados es la
fortaleza de Yayno, entre las cumbres de Piscobamba y Pomabamba en el distrito
de Huayllan.
El Sitio Arqueológico de Yayno
es una fortaleza edificada entre el siglo seis y nueve de nuestra era,
descubierta por Raimondi en el año 1870, mientras que sus descripciones y fotos
se publican recién en 1915. La zona principal de Yayno es el sector monumental con la extensión de 25
hectáreas. Se comprende en esta zona arqueológica una serie de construcciones; como
corrales, terrazas y hasta estructuras funerarias, así como también sistemas
hidráulicos.
Las construcciones de la fortaleza comprenden más de 30 de forma circular y 16 de ellas con una base rectangular. La mayoría de dichas construcciones con característica
de cámaras habitacionales múltiples alrededor de la muralla exterior. En estas últimas se han
encontrado huellas de actividades
domésticas, batanes, fogones, cerámica y hasta huesos de animales. Del mismo
modo se han encontrado en este complejo restos cerámicos, algunos muestran
cierta relación con la cultura Recuay, observándose el uso de los colores:
rojizos, púrpuras, blanco y negros de pintura negativa. Los diseños de la cerámica encontrada destacan formas
geométricas, imágenes zoomorfas que
advierten el culto de la comunidad que ocupaba la fortaleza.
La Fortaleza
de Yayno tiene tres plataformas que se relacionan con escaleras, cada una de
ellas con su portada de ingreso. Estas construcciones son muy similares a los
restos arqueológicos de Chavín de Huantar, por la característica de su
construcción y la ubicación en terrenos más elevados, con el fin de contar con
una vista panorámica de los valles y
quebradas de la cordillera.
Esta
riqueza arqueológica pertenece a la época pre inca, su primera portada está
construida con enormes piedras de tres metros de altura y facilita el ingreso a
la primera plataforma, levantada sobre una muralla de piedra que encierra todo
el complejo.
La
semejanza con técnicas usadas en Chavin de Huantar, se notan en la segunda
plataforma. La misma que presenta un edificio construido con una base de rocas
talladas, rellenas con lajas de piedra y argamasa amarilla, con murallas de 15
metros de alto y 50 metros de largo. Junto se encuentra otro ambiente circular
de 25 metros de diámetro y muros de 12 metros de alto, al parecer utilizado para
almacenamiento de productos.
Yayno presenta
el ambiente más alto de la fortaleza, desde donde se observa el lado oriental
de la cordillera blanca, una notable vista de los nevados, Huancaran, Hualcan,
Huandoy y Jancapampa. En esta tercera
plataforma se notan los restos de un torreón destruido y se supone un diámetro
de 30 metros
Llama la atención a quienes visitamos estas zonas
arqueológicas de nuestras cordilleras, sobre todo por su semejanza con los
edificios de la cultura Chavin, la construcción de sus murallas y su ubicación
estratégica. Sin duda alguna una construcción de función militar de la
fortaleza de Yayno, nombre de uno de los personajes de la antigua leyenda del
mitológico Kon.
Esta legendario historia explica el origen de los
grupos humanos que se afincaron en el conocido callejón de Los Conchucos. La
leyenda narra que Kon tenía 4 hermanos que vivían en el templo del gran Pajaten;
Yayno, Huantar, Pishco y Curungay. Kon se quedo en el gran Pajanten y ordeno a
sus hermanos dejar las tierras del Marañon, rodear las montañas y conquistar el
callejón de Conchucos.
Como guerrero Yayno dirigió las conquistas y
construyo su gran fortaleza en los sectores de Pomabamba. Huantar como sacerdote
construyo el oráculo o templo de Chavin. Pishco como administrador diseño un
gran pueblo en Piscobamba y Curungay se dedico a poblar los sectores de Cabana
y Corongo.
Esta y muchas otras maravillosas construcciones de
milenaria historia, se mantienen en el olvido de las autoridades regionales y
nacionales. Es importante ponerlas en valor, no solo para orgullo de nuestros
pueblos cercanos a estas obras arqueológicas. Prestarles atención para
transformar a gran parte del Perú en una verdadera maravilla cultural del
mundo.
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