Hermosa peregrinación llena de fervor al Cristo de la Roca
La celebración
de la fiesta del Señor de Muruhuay es la unión de ceremonias religiosas con
expresiones heredadas de las épocas pre hispánicas. Se trata de una
conmemoración cuyas primeras manifestaciones de culto se realizaron en el pueblo de Acobamba, muy cerca de la
ciudad de Tarma y que en la actualidad se desarrolla durante todo el mes de
Mayo en toda la región.
En la
festividad se practican rituales ancestrales, además de los religiosos. Entre
ellos se puede apreciar aquellos que tienen directa relación con el agua, la
tierra y la piedra, rituales agrícolas de reconocimiento a las bondades que
dichos elementos proporcionan a las comunidades.
Un agradecimiento a la tierra por las cosechas logradas.
Señor de Muruhuay es una imagen de un Cristo crucificado pintada en una roca
ubicada en los andes centrales del Perú y su nombre hace
referencia a una epidemia de viruela que azotó hace mucho tiempo la región. La historia popular comenta que en la
zona conocida como Muruhuay muchas personas sufrían de la viruela.
Los enfermos
en cierta ocasión se lavaron con el agua que brotaba de los cerros y aliviaron milagrosamente,
fue entonces que uno de aquellos hombres vio algo sorprendente, de una de las
rocas, montado sobre un corcel y con una cruz en la mano apareció un hombre
blanco y diferente a los demás, esta aparición desapareció incrustándose en la
misma roca de donde saliera y en la que se quedara grabada su imagen, la misma
que desde ese momento se le rinde culto.
El Señor de
Muruhuay es la imagen de una cruz de aparición original en la roca, en la cual
la mano de un artista natural de Acobamba pintara al Cristo Crucificado. Su fiesta
es una celebración llena de fervor, donde los devotos llegan en peregrinación desde
todos los pueblos del país y muchos vienen desde países extranjeros, para
mostrar su devoción al llamado también el Señor de la Viruela y en algunos casos
el Cristo de la Roca.
La peregrinación
del Señor de Muruhuay se realiza en un villorrio del mismo nombre, situado a un
kilometro del distrito de Acobamba, muy cerca de la ciudad de Tarma y sus
fiestas se rodean de actividades artísticas, fuegos artificiales, quema de
castillos, desfile de danzas vernaculares y las famosas pachamancas, picantes
de cuyes y otros platos típicos de nuestra autentica culinaria.
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